Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993 pero antes de esto, en 1340 Alfonso XI le concedió el distintivo “Real”, en 1955 “Pontificio” por Pío XII y en 1879 “Monumento Nacional”. A esto le sumamos que la imagen de Santa María de Guadalupe posee el título de “Reina de las Españas o de la Hispanidad” concedido por Alfonso XIII en 1928 y Patrona de Extremadura en 1907.
En sus inicios en el siglo XIII se trataba de una pequeña y humilde ermita pero Alfonso XI, que solía pisar estas sierras para cazar, visitó Guadalupe en 1335 y decidió restaurar esta ermita. En 1340 ordenó construir el Monasterio y lo declaró de su real patronato.
Fue un monumento con una gran importancia, fue el principal monasterio de la Orden Jerónima y además es un prototipo excepcional de la arquitectura por su variedad de estilos, vinculado a la historia media y moderna de España por su relación con los Reyes Católicos.
Actualmente cuenta con una historia de Fe y Cultura de más de 7 siglos que se ve reflejada en su biblioteca, librería, capillas musicales, en su Scriptorium y en todas sus obras artísticas.